La Federación Mexicana de Fútbol y la Liga MX le pasaron la factura al club Querétaro, después de los incidentes ocurridos el pasado sábado en el estadio La Corregidora, en el que se enfrentaron barristas de los Gallos Blancos y de los Zorros del Atlas, en encuentro del Torneo Clausura 2022.
Los incidentes ocurrieron cuando integrantes de las barras de ambos equipos se enfrentaron en una sangrienta batalla en las tribunas, disputa que se extendió a la cancha y que dejó escenas dantescas de personas heridas de gravedad.
Entre las sanciones más fuertes están que la franquicia del club Querétaro deberá ser vendida a más tardar al finalizar este año (2022) y el equipo deberá jugar un a puerta cerrada, independiente de la sede en la que juegue.
Las autoridades anunciaron la inhabilitación durante cinco años de los dirigentes del club Querétaro, encabezados por el presidente general, Gabriel Solares; el presidente deportivo, Adolfo Ríos (ex futbolista); y los empresarios Greg Taylor y Manuel Velarde. Además, deberán pagar una multa de 1.5 millones de pesos mexicanos.
Veto definitivo al fútbol mexicano a las personas encontradas culpables de los hechos acontecidos el sábado pasado y por tres años como local al resto de los integrantes del grupo de animación del Club Querétaro, se lee en el comunicado.
Aunque las sanciones a priori parecen drásticas, la mayoría de la prensa mexicana y aficionados mostraron su inconformidad con la sanción, ya que consideran que lo conveniente era la desafiliación.
El federativo Yon de Luisa informó en la conferencia a la prensa que la sede del Mundial 2026 a México no ha estado en duda, pese a los incidentes del sábado que dejó a decenas de personas heridas.