La fuerza que viene desde el interior, desde el corazón, es la que te impulsa a superar tus propios límites. Hoy, Charles Fernández, el mejor latinoamericano del evento, nos dio una muestra de eso.
En el papel, su participación en el pentatlón moderno de los Juegos Olímpicos se escribió con un puesto 27 general con 1346 puntos, pero lo que hizo en la prueba final, en el láser run, en el que terminó décimo, nos puso la piel erizada y nos impulsó a aplaudirle de pie.
Luego de un primer día complicado en esgrima, en el que ocupó el puesto 29 (179 puntos, fruto de 13 victorias y 22 derrotas), prometió dejarse la piel en la siguiente jornada. “Se puede llorar, eso es justo y no hay nada malo con eso, pero no se puede quedar uno con la cabeza abajo”.
Hoy, un Charles eufórico celebró su octavo puesto en el evento de natación, con tiempo de 1:58.16 minutos en los 200 metros que, además, fue el octavo mejor tiempo del evento.
MOMENTO CLAVE
Siguió la ronda extra de esgrima, en la que sumó un punto más. En ecuestres sucedió algo inesperado; el guatemalteco se cayó mientras cabalga a «Fluoriet», con quien hizo binomio. Sufrió un duro golpe, pero caló más el golpe emocional. Con entereza se levantó y continuó el recorrido, pero sólo sumó 219 unidades y concluyó en el puesto 32.
EL ÚLTIMO ACELERÓN
Era la prueba definitiva, no había más. El láser run (carrera y tiro) lo decidía todo. Charles salió con el último grupo y la diferencia parecía abismal, pero tiró de coraje y corazón para dar el último y máximo esfuerzo.
Lo hizo… Salió con el último grupo y terminó en la posición diez para sumar 634 puntos. Se recuperó y subió a la posición 27 final. Una prueba de su pasión y entrega. Así terminan los Juegos, con la figura de Charles dando su máximo esfuerzo. *Con información del COG.